De gañanes

Se insiste mucho en esta época nuestra de lo políticamente correcto en que el lenguaje es sexista y machista, no es lo mismo un hombre público que una mujer pública, por ejemplo; la lengua simplemente recoge lo que la parte de la sociedad capaz de imponerse, piensa.

No es solo machista el lenguaje, también es clasista hasta tal punto de que palabras como “villano”, “patán” o “gañan” se emplean las mas de las veces como insulto, e incluso en el diccionario de la RAE están recogidas con matices despectivos como segunda acepción.

De gañán dice que es mozo de labranza y hombre fuerte y rudo. Sin embargo en nuestra Alhama el de gañan  era oficio de largo aprendizaje y que no todos los jornaleros dominaban, pues implicaba el conocimiento de todos los trabajos agrícolas desde la sementera a la siega y el trasporte del trigo a los silos: Arar, pintar, segar, hacer los haces, barcinar, hacer el pez en la era, trillar, aventar, ensacar el grano, eran menesteres que solo  los buenos gañanes eran capaces de hacer todos y cada uno de ellos. Del dominio de tales tareas dependía trabajar más o trabajar menos.

Yo me enorgullezco de ser hijo, nieto y biznieto de gañanes y gañan fue el "primer granico"  oro que mereció este apodo por su menguado tamaño físico y su gran valía para las faenas del campo.

Hoy día se han perdido estos trabajos, que ahora se hacen todos con maquinaria, con la perdida de jornales que implica, pero también con la perdida de palabras, como pintar o barcinar, por ejemplo.  No me parece mal que se faciliten los trabajos, que cada vez se produzca lo necesario para nuestra vida con menores costes y sufrimientos, por supuesto.

Escribo estas líneas, simplemente para que igual que controlamos nuestro lenguaje para que no sea sexista, machista o discriminatorio, pensemos que los villanos, los patanes y los gañanes eran los que trabajaban para dar de comer al resto. Un respeto, que eran los que producían el pan.